IA vs. Oráculos: ¿Quién guía a quién en estos tiempos modernos?

¿Alguna vez le pediste consejo existencial a una inteligencia artificial? Yo sí. Y aunque no me preparó una infusión de lavanda ni me tiró las cartas, me dejó pensando más de lo que esperaba. Sí, lo admito: me gusta experimentar. Soy terapeuta holística, y amo acompañar procesos de transformación. Trabajo con el Tarot, la Astrología, las energías, entre otras herramientas más y obvio también trabajo con el caos del presente. Y en este presente, hay una nueva “guía” que anda dando vueltas: la inteligencia artificial. Y como su nombre lo dice, es artificial y es bien inteligente… me refiero a estas inteligencias capaces de escribir poesía, responderte con empatía programada, y —oh, maravilla moderna— ayudarte a pensar. Así que hoy quiero poner en jaque a dos herramientas que uso para orientarme (y orientar): ✨ Los oráculos (especialmente mi amado tarot) 🤖 Y, sí, la Inteligencia Artificial. ¿Una excluye a la otra? Para nada. De hecho, a veces las uso juntas. Pero vayamos por partes.


El Tarot: mi espejo favorito

Trabajo con el Tarot desde hace años. No como bola de cristal, sino como lenguaje simbólico del alma. Las cartas no me dicen qué va a pasar, pero sí me muestran cómo estoy posicionada frente a lo que me pasa. Me devuelven preguntas más que respuestas. Me invitan a ver el mapa desde arriba, y a reconocer qué arquetipo estoy encarnando hoy (¿soy la Emperatriz o me estoy escondiendo como el Ermitaño?).

El Tarot no te grita verdades absolutas. Te susurra intuiciones. Y lo hace con una belleza estética y poética que a mí me fascina. Es una herramienta antigua, sabia, y profundamente actual si sabemos leerla con mirada viva.


La IA: un espejo inesperado

Ahora bien… un día me encontré charlando con una IA (tranquilos, no fue una sesión de canalización digital, solo un rato de curiosidad terapéutica), y resulta que esta IA me devolvió ideas organizadas, perspectivas nuevas, hasta frases inspiradoras.

No sentí que reemplazara al Tarot, pero sí que podía ser una especie de “oráculo lógico”. Un espejo mental más que emocional. ¿Lo más loco? A veces le preguntaba cosas como: ¿Qué puede enseñarme la carta de El Loco hoy? Y ¡pum! Me devolvía una reflexión que me dejaba pensando.

Me di cuenta de que la IA no es un “enemigo espiritual”, sino una herramienta de este tiempo. No tiene alma, pero puede ayudarte a mirar la tuya si sabés qué preguntarle.


Entonces… ¿IA o Tarot? ¿Razón o intuición?

Creo que no se trata de elegir, sino que se trata de integrar.

Vivimos en un mundo de polaridades: ciencia o magia, lógica o intuición, mente o corazón. Pero, ¿y si el camino fuera el y en lugar del o?

Uso el Tarot cuando quiero ir hacia adentro, activar la intuición, hablar con mi inconsciente, explorar mis emociones desde el símbolo. Y uso la IA cuando necesito ordenar ideas, explorar ángulos nuevos, o incluso jugar un poco con mi propio pensamiento.

La clave está en no endiosar ninguna herramienta. Ni el Tarot tiene todas las respuestas, ni la IA es infalible. Pero ambas, usadas con conciencia, pueden darte un mapa para navegar tu mundo interior.


"La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo.”


¿Mi reflexión final? La guía está en vos (pero una ayudita no viene mal).

Si algo me enseñaron los años trabajando con personas, es que la verdadera guía está adentro. Las herramientas (Tarot, Astrología, IA, el cuaderno de notas, los sueños, las caminatas solitarias, los gatos…) son recursos que nos ayudan a afinar la escucha. A traducir lo que ya sabemos pero a veces olvidamos.

Así que mi invitación de hoy es esta: explorá, jugá, preguntá. No importa si tu guía llega con túnica y cartas, o con código binario. Lo importante es que te ayude a conectar con vos.


¿Y vos?¿Usaste alguna vez la IA como herramienta de reflexión?


Con 🤍 Lau

Mi carrito